El mundo del vino
El segundo jueves de noviembre se celebra todos los años el Día Internacional del Tempranillo, un homenaje a una de las variedades de uva con más historia de España. Establecido por la Sociedad de Productores y Amigos del Tempranillo (TAPAS) en 2011, este día anima a los aficionados al vino a saborear y compartir su amor por el Tempranillo, amplificando la apreciación mundial de esta uva emblemática con cada copa.
Una uva con historia
Aunque la primera mención documentada del Tempranillo data de 1807, su tradición se remonta a la antigüedad, probablemente hasta el siglo IX. Se cree que los fenicios introdujeron estas cepas en la Península Ibérica hace más de tres mil años. Hoy en día, el Tempranillo reina en toda España, especialmente en regiones vinícolas de renombre como Rioja, que lleva consigo el valioso legado de los siglos.
En España se cultiva el 87 % del Tempranillo mundial a pesar de que esta uva se adapta y se siente en casa en numerosos viñedos en todo el mundo, desde Argentina a los Estados Unidos pasando por Nueva Zelanda. Como tercera variedad de uva más cultivada en el mundo, el Tempranillo ha consolidado su lugar junto a variedades como Cabernet Sauvignon y Merlot en el pódium de los vinos.
Su nombre viene de «temprano» ya que el Tempranillo es conocido por su ciclo de crecimiento único, madurando semanas antes que otros vinos tintos. Es una uva de piel gruesa que produce vino de cuerpo medio a pleno, con sabores de frutos rojos como cereza y frambuesa, equilibrados por matices terrosos de tabaco, cuero y hierbas.
La influencia del Tempranillo es tan amplia que se le llama de diferentes maneras en cada región. En España también se le conoce como Tinto Fino, Cencibel o Ull de Llebre, mientras que en Portugal se le llama Tinta Roriz o Aragonez.
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