Perfecto para amantes del café

Panna cotta affogato

(Updated on: sept 29, 2024)
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La panna cotta es uno de los postres italianos tradicionales más famosos hoy en día, aunque nunca se haya mencionado en un libro de cocina antes de la década de 1960. Descubre más sobre este postre delicioso de Italia y prueba esta fantástica receta de panna cotta affogato, perfecta para los amantes del café.

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¿Qué es panna cotta?

La panna cotta es uno de los postres italianos tradicionales más famosos especialmente en la región del norte del Piemonte, donde se dice que fue inventado. Este postre similar a un pudin suave y dulce no figura en ningún libro de cocina hasta la década de 1960. Desde entonces, no ha parado de ganar fama en todo el mundo y lo encontramos en casi cualquier restaurante italiano de cocina tradicional.

Panna cotta significa «nata cocinada» en italiano y los ingredientes principales son nata, azúcar, leche, vainilla y gelatina, y se calientan lo suficiente para que se disuelvan. Para conseguir la consistencia de pudin, debe refrigerarse entre cuatro horas y toda la noche. Es el postre perfecto para preparar con antelación y concentrarte en tus invitados. 

La receta básica es muy sencilla, por lo que ha surgido un gran número de deliciosas variaciones de la receta para la panna cotta. La panna cotta sabe estupendamente en todas sus variaciones, ya sea acompañada de fruta fresca, salsas de caramelo, vainilla dulce o chocolate negro. Dale una oportunidad a nuestra receta de la panna cotta affogato y te sorprenderás.

Panna cotta affogato

Todo lo que necesitas es un café para convertir una panna cotta normal en una panna cotta affogato. Para darle un toque más sofisticado, te mostramos una receta con algunos ingredientes extra como chocolate y licor amaretto.

Para elaborar esta receta se necesitan algunas horas de espera para que la mezcla se enfríe en la nevera. Te recomendamos que la prepares por la mañana para servirla más tarde. 

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Ingredientes para una panna cotta affogato:

  • 100 g. chocolate negro picado 
  • 600 ml. nata espesa
  • 1 1/2 tazas de leche
  • 1/2 taza azúcar extrafino
  • 120 ml / 4 oz. licor amaretto O alternativamente: sirope de café con sabor a caramelo
  • 2 cucharaditas de pulpa de vainilla
  • 6 hojas de gelatina
  • 100 g chocolate blanco picado
  • 1 taza café espresso

Preparación:

Paso 1: Coloca el chocolate negro, la mitad de la nata, la mitad de la leche, una pizca de azúcar, un par de gotas de licor y una gota del extracto de vainilla en un cazo. Calienta la mezcla a fuego lento mientras la remueves para que el chocolate se derrita y el azúcar se disuelva (unos 5 minutos).

Paso 2: Divide la lámina de gelatina por la mitad y coloca una mitad en un bol. Cúbrela con agua fría y déjala en remojo durante 2 minutos. Una vez hidratada, exprime el exceso de líquido de la lámina de gelatina, colócala en la mezcla del cazo y remueve hasta que la gelatina se disuelva.

Paso 3: Coloca un vaso RIEDEL O en un recipiente o taza un poco inclinado y vierte la mezcla en su interior. Coloca el vaso en la nevera hasta que la mezcla se solidifique (una hora aproximadamente).

Paso 4: Comenzaremos con la segunda parte de la receta: coloca el chocolate blanco en un cazo limpio con el resto de la nata, la leche, el extracto de vainilla, otra pizca de azúcar y el resto del licor. Remueve unos cinco minutos con el fuego bajo hasta que el chocolate se derrita y el azúcar se disuelva.

Paso 5: Repite el paso dos con el resto de la gelatina y la mezcla recién removida, pero esta vez deja enfriar la mezcla durante 5 minutos una vez que la gelatina se haya disuelto.

Paso 6: Coloca el vaso RIEDEL sobre una bandeja de horno y vierte la crema enfriada sobre la primera mezcla. Ahí tienes tu panna cotta. Colócala en la nevera 4 horas para refrigerar.

Paso 7: Este es el paso que convierte tu panna cotta en una panna cotta affogato. Añade el vasito de espresso más el azúcar restante y el licor en un cazo y caliéntalo mientras remueves durante dos o tres minutos a fuego medio para que el azúcar se disuelva y el sirope espese ligeramente. Coloca la mezcla en la nevera una hora para refrigerar.

Paso 8: Una vez fría, vierte la mezcla del café sobre la panna cotta en tu vaso RIEDEL y decora con un poco de nata batida y una escama de chocolate. Coge una cuchara y ¡a disfrutar!

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Consejos para una panna cotta perfecta

Hacer panna cotta es muy fácil, pero hay ciertas cosas que pueden convertir este postre sedoso en una masa grumosa y pegajosa. Estamos aquí para ayudarte. Sigue estos trucos para conseguir el resultado perfecto.

El equilibrio adecuado de grasa y gelatina

Una de las cosas más importantes que hay que considerar cuando haces panna cotta es el equilibrio adecuado de grasa y gelatina. Si utilizas más líquido del adecuado o si sustituyes la nata por leche, bebida de soja o cualquier otra bebida vegetal, es necesario aumentar la cantidad de gelatina. 

¡Cocinar a fuego lento, no hervir!

Como ya explicado más arriba, panna cotta significa «nata cocinada». Sin embargo, la panna cotta no debe hervir. Asegúrate de utilizar el calor al mínimo. El fuego alto podría destruir la gelatina y, como resultado, la mezcla no cuajaría. Cuando hagas panna cotta, recuerda siempre: para que no haya grumos, cocinar a fuego lento, no hervir.

¡Para que no haya grumos!

Es muy desagradable cuando la panna cotta tiene pequeños grumos de gelatina. Sigue estos pasos para asegurar una consistencia suave.

Si utilizas láminas de gelatina, déjalas en remojo en agua fría hasta que estén hidratadas. Luego escurre el exceso de líquido de las hojas de gelatina antes de utilizarlas. 

Si utilizas polvo de gelatina o granulado, espolvorea el polvo sobre agua fría y no lo añadas todo a la vez porque no se disolverá correctamente. 

Cuando la gelatina haya cuajado bien, añádela a la mezcla caliente. No la añadas nunca a una mezcla fría porque formaría grumos. Para aumentar las posibilidades de que no se formen grumos, puedes verter la mezcla a través de un colador, antes de racionarla. 

Atención con la piña, los kiwis, etc.

Algunas frutas como la piña o el kiwi no van bien con la gelatina porque contienen encimas que destrozan la consistencia de la gelatina. Si quieres preparar tu panna cotta con estas frutas, cocínalas previamente, antes de añadirlas a la gelatina.